LAS EMOCIONES EN LAS AACC
La homeostasis es la tendencia del organismo a mantener un ambiente interno estable y relativamente constante, están a pesar de grandes oscilaciones en el medio externo. Las personas podemos llegar a este equilibrio por muchos caminos, aunque en este texto nos centraremos en las emociones.
Gracias a las emociones podemos pasar a la acción. Alejarnos de una serpiente venenosa, o quitar la mano ante el fuego son acciones promovidas por el miedo. Por lo tanto, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones o no nos alejan de otras.
No obstante las emociones complejas en determinados momentos nos pueden levar a sentir un profundo malestar que puede crear confusión y no ver las cosas tan claras como cuando nos apartamos al ver un animal peligroso. Este tipo de emociones pueden llegar a desembocar en una hiperactividad motriz, explosión de ira, gran llanto o un bloqueo emocional e incluso mutismo. Perjudicando así, a una buena adaptación social.

Numerosos autores, a lo largo de la historia, han investigado que emociones están vinculadas con mayor grado a las personas con AACC. Dabrowski (1964), recogió las siguientes características emocionales presentes en personas con AACC y subrayó que los individuos con AC siguen un proceso de desarrollo singular: “intensidad emocional; alta sensibilidad hacia los sentimientos de los demás; elevada autoconciencia; sensación de ser diferente; idealismo, fuerte sentido de la justicia; desarrollo temprano del locus de control interno*; altas expectativas; perfeccionismo; necesidad de coherencia entre los valores abstractos y las acciones personales; niveles avanzados de funcionamiento moral; temprana preocupación por la muerte; altos niveles de energía; sensibilidad por la estética”
Otros autores, como Silverman (1993, 1994, 2002, 2012) y Mofield & Parker (2015), indicaron que entre los rasgos psicológicos más ampliamente identificados de los niños con altas capacidades, destacan por encima del resto: la intensidad emocional, el establecimiento de metas exigentes, sensibilidad, fuerte interés por la justicia y el perfeccionismo.
Por lo tanto, además de un QI elevado o un perfil talentoso, debemos dar mucha importancia al desarrollo y gestión emocional. Bien es cierto de que cada persona tiene un perfil determinado de personalidad, y siendo AACC, se puede gestionar y encontrar el equilibrio sin ningún problema. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cuando la intensidad emocional es alta y/o los factores de protección y regulación no son suficientes, un soporte en la gestión emocional resulta esencial para llegar al equilibrio, regular el malestar y reconducir conductas o comportamientos dañinos.
*locus de control interno: percepción de que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones